El consumo de cemento en España ha caído en marzo un 28,3%, lo que lo sitúa en 923.581 toneladas, 363.653 menos que en el mismo mes del año anterior, según los últimos datos publicados en la Estadística del Cemento. Excluyendo los años del periodo de crisis de la última década, es necesario remontarse a marzo de 1965 para encontrar unas cifras de consumo equivalentes.
La tendencia negativa en el consumo de cemento de los dos primeros meses del año, con una caída acumulada del 4,5%, se ha acelerado drásticamente desde que se decretó el Estado de Alarma y se inició el confinamiento, cuando se perdió aproximadamente un 50% del consumo, a pesar de mantenerse aún en esas fechas la actividad constructora.
“Con seguridad, los datos de abril, que incluyen la completa paralización del sector de la construcción entre los días 30 de marzo y 12 de abril, seguirán mostrando peores cifras de consumo de cemento que, no olvidemos, es el indicador adelantado del estado de salud de la construcción, que con un 8,5% del volumen total de empleo en España, debe ser una pieza fundamental para la recuperación de la economía tras la pandemia, más aún si tenemos en cuenta que la reactivación del turismo, otro de los grandes pilares, será mucho más lenta y compleja”, explica Víctor García Brosa, presidente de Oficemen.
Los datos de marzo elevan a dos dígitos, un 12,7%, la caída en el acumulado del año, lo que supone una pérdida de 457.246 toneladas y sitúa el consumo absoluto del primer trimestre en 3.133.454 toneladas.
Por lo que respecta a los datos de año móvil (abril 2019 – marzo 2020), la tendencia entra también en números rojos, con una caída del 0,2%, lo que sitúa los valores absolutos en 14 millones de toneladas, unas cifras de consumo similares a las de la España de 1967.
“Solicitamos al Gobierno la aprobación urgente de un Plan Nacional de Construcción Verde que compense la caída del sector turístico durante 2020-2021, y que debería impulsar, entre otras, las infraestructuras relacionadas con la Agenda 2030, como por ejemplo las vinculadas con la gestión y depuración del agua, las de movilidad sostenible, las relacionadas con la sanidad, las de mejora de la red ferroviaria, las necesarias para la prevención de los efectos del cambio climático, la red de energías renovables y las infraestructuras para la economía circular y el urbanismo sostenible”, apunta García Brosa, que subraya que “a la inversa de lo que sucedió en 2008, donde muchos trabajadores de la construcción pudieron encontrar empleo en el sector del turismo y de la hostelería, ahora, la construcción debe ser el motor del país para evitar la destrucción de cientos de miles de empleos”.
El presidente de Oficemen también señala que “estamos a disposición de las autoridades para colaborar en la destrucción de los residuos generados por la crisis del COVID-19, caso de ser requeridos a tal efecto por las autoridades competentes, tal y como señala la Orden del Ministerio de Sanidad SND/271/2020, de 19 de marzo, en función de las características técnicas y demandas de producción de cada fábrica”.
Ruptura del ciclo de caídas en la exportación
Después de 33 meses en números rojos, las exportaciones han vivido en marzo un repunte del 11%, que supone un crecimiento de 54.588 toneladas respecto al mismo mes del año anterior, pero que no consigue compensar las cifras acumuladas, que mantienen una caída del 10,6% en los tres primeros meses del año y del 22,1% en el año móvil (abril 2019 – marzo 2020).
Las importaciones continúan arrojando un crecimiento superior al 60% en el conjunto de los últimos doce meses, manteniéndose en cifras cercanas al millón de toneladas.