El consumo de cemento ha arrancado el año con un crecimiento en enero del 21%, lo que supone alcanzar, en valores absolutos, las 1.010.064 toneladas, 175.613 más que en el mismo mes de 2021, según recogen los últimos datos publicados en la Estadística del Cemento.
“Este incremento porcentual debe ser analizado con cautela. Se compara uno de los eneros más secos en lo que llevamos de siglo con el del pasado año, marcado por la incidencia del temporal de nieve Filomena, que prácticamente paralizó las obras en la zona centro de España durante casi quince días. Oficemen estima que este temporal supuso una pérdida de más de 200.000 toneladas de consumo de cemento”, explica el presidente de Oficemen, José Manuel Cascajero.
En datos acumulados de año móvil (feb’21-ene’22), el crecimiento se sitúa en un 14,1%, con un total de 15.108.683 toneladas de cemento consumidas en nuestro país durante los últimos 12 meses.
El precio eléctrico continúa lastrando la balanza comercial del cemento en España
Las exportaciones cayeron un 6,8% en enero, principalmente por el descenso en las ventas exteriores de clinker, que perdieron 73.000 toneladas, con una caída del 35,4% respecto al mismo mes del año anterior. Las importaciones, por el contrario, crecieron un 13%. En datos de año móvil, en los últimos 12 meses, las importaciones han crecido un 58,6%, impulsadas por el clínker, que ha triplicado su volumen, pasando de 200.000 toneladas a casi 700.000.
“Resulta más esclarecedor analizar los datos de comercio exterior específicos de clínker, que es el proceso productivo con mayor valor añadido y en el que tienen mayor impacto los costes energéticos. En el acumulado de los últimos 12 meses, las exportaciones han caído un 11,7%, mientras las importaciones han crecido un 244,3%. Estas cifras reflejan claramente la pérdida de competitividad y el grave impacto en nuestra actividad industrial”, explica el presidente de Oficemen.
“Es urgente concretar las subastas de tecnologías inframarginales previstas en el Real Decreto-ley 17/2021, para favorecer precios más previsibles y competitivos para los consumidores industriales, algo imprescindible si queremos disminuir la enorme brecha energética que sufre la industria española frente a la de otros países europeos. La incorporación de políticas de compensación y exención impositiva, equivalentes a las que ya disfrutan nuestros competidores en Alemania, Francia e Italia, serían otras de las medidas que deberían implementarse con urgencia”, finaliza José Manuel Cascajero.