El consumo de cemento en España ha retrocedido un 9,7% durante el conjunto del 2020, lo que lo sitúa en un valor absoluto de 13.287.557 toneladas, 1.431.387 t menos que en 2019, según los últimos datos de la Estadística del Cemento, presentados hoy por Oficemen en rueda de prensa. A un arranque de año con cifras mensuales ya en negativo en enero y febrero, se sumaron luego las grandes caídas del confinamiento: solo en los meses de marzo, abril y mayo, se perdieron más de 1,2 millones de toneladas frente a 2019.
Las tasas de variación de año móvil (acumulado de los últimos doce meses) mes a mes del consumo de cemento, el mejor indicador para conocer la tendencia real del sector, también entraron en números rojos en abril, una senda de la que Oficemen no espera salir en 2021.
La ligera mejoría experimentada al cierre del año se debe a la evolución en positivo de diciembre, en comparación con el mismo período del año anterior, aunque hay que tener en cuenta que ese fue el mes con menor consumo de todo 2019. En concreto, en diciembre de 2020 el consumo de cemento ha crecido un 8,2%, lo que ha permitido alcanzar las 1.022.433 toneladas. No obstante, en valores absolutos, es la tercera cifra mensual más baja del año, por debajo únicamente de los meses de marzo y abril, en pleno confinamiento.
El sector inicia así la década de los 20 de nuevo con unas cifras de consumo casi idénticas a las que tenía nuestro país en 1967, hace más de 50 años, aunque aún por encima de las vividas durante los peores años de la crisis, entre 2013 y 2017. En los últimos nueve años, tan solo 2019 dio un ligero respiro al sector superando el nivel del inicio de las series históricas, en el año 1967.
Perspectivas poco halagüeñas para 2021
Según las estimaciones del departamento de estudios de Oficemen, en 2021 el consumo de cemento se cerrará en una horquilla de entre un –3 y un +3%.
Por lo que respecta a la obra pública, “nuestro mejor escenario para 2021 sería que no cayera el nivel de inversión y se mantuviera en los 11.300 millones de 2020”, explica el presidente de Oficemen, Víctor García Brosa. En vivienda las perspectivas tampoco son halagüeñas. “Los últimos datos disponibles cifran en más de un 23% la caída para este año con respecto a los niveles del año 2019, que obviamente repercutirá en la actividad de los próximos años 2021 y 2022”, añade el presidente de Oficemen. Por su parte, la evolución de la edificación no residencial ha sido muy similar a la de la vivienda, registrando una caída estimada en los visados de m2 del 22,7% en 2020 respecto a 2019.
Las exportaciones reducen su caída, pero cierran el año en números rojos
La positiva evolución de las exportaciones durante el mes de diciembre, con un crecimiento cercano al 40%, ha permitido reducir la caída acumulada anual hasta el 3,4%. Finalmente, en 2020 se exportaron 5.987.857 toneladas de cemento y clínker, 208.455 menos que en 2019.
“La competitividad de nuestro país sigue muy resentida, hemos perdido el liderazgo exportador en la Unión Europea colocándonos por detrás de Alemania”, explica el presidente de Oficemen que añade “aunque valoramos muy positivamente la aprobación por fin del Estatuto Electrointensivo, al que hemos tenido que esperar durante todo el año 2020, confiamos también en una revisión a la baja de los peajes eléctricos, que sirva para seguir reduciendo nuestro diferencial de costes con otros países vecinos, reequilibrando así las condiciones de competitividad a nivel comunitario”, añade García Brosa.
“Con esta herramienta, ya estamos en condiciones de empezar a igualarnos con nuestros competidores europeos en costes eléctricos, y servirá para reducir una parte del diferencial que tenemos, por ejemplo, con las fábricas de cemento de Alemania y Francia”, explica el presidente de Oficemen, y añade “sin embargo vemos con preocupación la iniciativa del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico que puede reducir significativamente, según el redactado del anteproyecto de ley, los progresos del Estatuto Electrointensivo”.