La Agrupación de fabricantes de cemento de España, Oficemen, ha presentado su hoja de ruta para la reducción de emisiones de carbono a 2050. El documento destaca el potencial de algunas tecnologías emergentes, como la captura y almacenamiento de carbono (CAC), que permitirían reducir hasta un 80% la huella de carbono de la industria cementera española en 2050.
Sólo aplicando medidas convencionales, ya en uso en la actualidad, las emisiones podrían reducirse un 35%, siempre en base a los niveles de 1990, año tomado como referencia para la elaboración del estudio presentado el pasado 16 de octubre en el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA).
“La transición completa hacia una economía circular, neutra en carbono y con cero residuos es, y debe ser, una responsabilidad compartida”, afirmó el presidente de Oficemen, Jesús Ortiz, que destacó que “esta iniciativa de la industria del cemento no se ha realizado de manera aislada. Adaptarse a esta nueva realidad que vivimos implica dar respuesta a necesidades sociales muy variadas, centradas en el desarrollo y mantenimiento de nuevas ciudades bajas en carbono en las que no se generen residuos, en la movilidad y en las infraestructuras. Todo ello, con el fin de mejorar y gestionar la biocapacidad del planeta, los ecosistemas y, en consecuencia, los hábitos y estilos de vida”.
Alrededor del 60% del carbono emitido por la industria cementera, responsable del 5% de las emisiones antrópicas a escala mundial, son causadas por la descarbonatación de la piedra caliza durante el proceso de fabricación, principal materia prima del clínker y, hoy por hoy, no se pueden reducir. El 40% restante proviene de los combustibles necesarios para realizar el proceso de clinkerización, que es sobre el que la industria, a fecha de hoy, puede actuar.
Los ejes de actuación propuestos desde el sector cementero español pasan por la mitigación de emisiones en las fases de producción; por el uso de los productos con base cemento, capaces de mitigar los efectos del cambio climático y por el desarrollo de infraestructuras de hormigón, como soluciones constructivas que facilitan “la adaptación a esta nueva realidad que vivimos”, explicó el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza, que añadió, “los efectos, derivados de condiciones meteorológicas extremas, como inundaciones, aumentos del nivel del mar y desastres naturales, impondrán exigencias sin precedentes a la sociedad, haciendo necesaria la construcción urgente de edificios e infraestructuras más seguras”.
Conceptos como el del co-procesado, que permite la valorización energética y material de residuos durante el proceso de fabricación, o la reducción de huella de carbono que conlleva la durabilidad, inercia térmica y bajo mantenimiento de edificios e infraestructuras de hormigón, son algunas de las actuaciones que se detallan en la hoja de ruta y que podrían aplicarse desde la tecnología actual.
No obstante, el texto añade que, incluso aplicando los procesos más eficientes en la actualidad, una parte de las emisiones de CO2, vinculadas a la producción de cemento, no se pueden evitar. Por esta razón, la industria cementera está prestando especial atención al desarrollo de las tecnologías CAC, que estarán disponibles para el sector, previsiblemente, dentro de una década, y al papel fundamental que pueden jugar en la reducción de emisiones. Las tecnologías de captura, transporte, almacenamiento y usos, y transformación del CO2, llamadas CAC, han sido probadas en Estados Unidos desde los años setenta y en la actualidad se contemplan en todas las hojas de ruta internacionales, como una de las medidas para la mitigación del cambio climático. Desde la UE se están destinando fondos para hacer posible la aceleración y la implantación de las tecnologías CAC.
La jornada fue inaugurada por la directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui; y contó con la intervención del vicepresidente de la Asociación de Comunicadores de Meteorología, ACOMET, José Miguel Viñas; el jefe del Departamento de Industria del IDAE, Enrique Borrell; la subdirectora general de Residuos del MAPAMA, Paloma López-Izquierdo; el director gerente de la Fundación CEMA, Dimas Vallina; el vicepresidente de la PTECO2, Pedro Mora; el investigador del IETcc, José Antonio Tenorio; el director del Centro de Estudios Hidrográficos, Federico Estrada; y el presidente de la Comisión de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de CEOE, Antón Valero, que clausuró el acto junto al vicepresidente de Oficemen, Isidoro Miranda.